Los
desórdenes alimenticios son en nuestros días un auténtico problema de salud
(Lechuga y Gámiz, 2005), entre los más comunes se encuentran los siguientes:
anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, obesidad, vigorexia y ortorexia. Cada uno
de ellos presentan cierto grado de relación con un trastorno de conducta
alimentaria (TCA) en función de una obsesión en particular como se puede
observar en la Tabla 1 de manera comparativa; es decir, en el caso de la
anorexia nerviosa o bulimia nerviosa que son dos trastornos que generalmente se
encuentran interrelacionados o que cada uno puede presentar ciertas
características del otro, esto porque existen dos ideas obsesivas primarias que
las sostienen y son la excesiva preocupación por el peso y el miedo a engordar,
todo esto por el deseo inalcanzable de tener una imagen corporal idealizada
(Lechuga y Gámiz, 2005); en cambio para la vigorexia no es propiamente una
obsesión relacionada con el peso o la cantidad de comida, sino hacia el
ejercicio físico, por el deseo inalcanzable de tener una imagen corporal
idealizada, con contornos atléticos y definidos (Kasanzew, 2009). En el caso de
la ortorexia, aunque tiene cierto paralelismo con la anorexia nerviosa por la
obsesión a la cantidad de comida, este trastorno se distingue por la
preocupación desmedida de comer alimentos “de calidad y pureza” y que los puede
llevar a una dieta poco nutriente (Duckan, 2014), por el deseo de una
imagen corporal lo más "saludable" posible. Y como podemos notar la
obesidad es un desorden alimenticio que se caracteriza por almacenamiento
en exceso de tejido adiposo en el organismo (Oblitas, 2010), es decir, por
acumulación anormal o excesiva de grasa provocado no sólo por factores
psicosociales sino genéticos que interactúan en sí para su posible
desencadenamiento.
Tabla 1. Cuadro comparativo
de algunos desórdenes alimenticios
Desorden alimenticio
|
Obsesión
|
Autoimagen
|
Ideal deprimente
|
Conductas asociadas
|
Población frecuente
|
Anorexia nerviosa
|
Delgadez excesiva a través de
ayunos
|
Estar obeso
|
Imagen corporal delgada
(trastorno somatomorfo)
|
Control al comer
Dietas estrictas
Ejercicio excesivo
Espejo
|
Adolescentes y jóvenes mujeres
|
Bulimia nerviosa
|
Delgadez excesiva a través de
purgase
|
Estar obeso
|
Imagen corporal delgada
(trastorno somatomorfo)
|
Atracarse
Purgarse
Falta de control
Dietas estrictas
|
Adolescentes y jóvenes de ambos
sexos
|
Obesidad
|
Apetito descontrolado
|
Estar perdiendo peso o sobrepeso
|
Autocontrol del impulso al comer
|
Comer en exceso
Falta de control
|
En ambos sexos
|
Vigorexia
|
Ejercicio físico
|
Debilidad y falta de tonicidad
muscular
|
Cuerpo musculoso “atlético”
|
Dieta en proteínas
Automedicación
Báscula
|
En jóvenes varones
|
Ortorexia
|
Alimentación de “calidad y pureza”
|
Tener inadecuada alimentación
|
Una dieta saludable
|
Dieta desbalanceada.
|
En ambos sexos
|
Al
respecto tales trastornos de comportamiento que presentan cierto grado de
desórdenes alimenticios tienen una sintomatología básica desde un punto
de vista psicológico, como puede ser estados de ansiedad, obsesiones, cuadros
depresivos, distorsiones cognitivas, un autoestima negativa o falta de autocontrol,
por lo que en relación a esta sintomatología, cada una de estos desórdenes,
según el grado que presente la enfermedad, se requiere considerar líneas
terapéuticas; que de acuerdo a Lechuga y Gámiz (2005) necesitan incluir estos
líneas de intervención.
- Una Orientación educativa
a)
Que el
paciente identifique sus conductas y comience a tener conciencia de la
enfermedad que padece.
b)
Contar
con la información adecuada de los riesgos que conlleva un desorden alimenticio
para la salud.
c)
Corregir
las creencias erróneas nutricionales y a la vez informar de las características
de una dieta adecuada.
d)
Liberar
en la medida de lo posible, el sometimiento de los pacientes sobre concepciones
engañosas y sesgadas transmitidas por algunos medios de comunicación.
- Una modificación conductual
a)
Identificar
factores precipitantes y de mantenimiento de tales conductas problema.
b)
Establecer
estrategias y técnicas sobre respuestas alternativas.
c)
Reorganizar
los patrones alimenticios correctos, como números de comidas, lugar, cierre, y
convivencia familiar o social.
d)
Fijar
metas con dificultad progresiva que sean concretas y realistas, esto en contra
de metas altas e inalcanzables.
e)
Establecer
un sistema de autorrefuerzos, para incrementar conductas saludables deseables.
f)
Trabajar
con los pacientes en la flexibilidad de sus pensamientos a una intolerancia al
cambio de conducta.
- Una modificación cognitiva
a)
Poder
cambiar el pensamiento pasivo por un pensamiento en los sujetos más activo y
que asuman responsabilidad en el tratamiento.
b)
Modificar
los pensamientos distorsionados relacionados con el comer, el peso y los
alimentos por pensamientos más adaptativos.
c)
Identificación
y modificación de lo pensamientos automáticos irracionales y sustituirlos por
otros más realistas y positivos.
d)
Modificar
distorsiones perceptivas que originan una imagen negativa del cuerpo.
e)
Modificación
de los miedos, como a no destacar, a perder el cuerpo delgado, a no ser
aceptado(a) por los demás, o a engordar.
En relación a todo lo que se puede ver conjugado con cada
uno de estos desórdenes alimenticios como los que se han mencionado, se expone
a continuación de cada uno de ellos lo siguiente: en qué consiste, factores
causales tanto biológicos como psicológicos, descripción a grandes rasgos del
manejo de estos factores psicológico que están en juego, datos estadísticos
epidemiológicos de las condiciones actuales en la población, tipos de procesos
de evaluación psicológica y por último se expone de cada uno de ellos
estrategias y programas de intervención.
Referencias:
Duckan, P. (2014). Dietas
para adelgazar según tu metabolismo. London: Kreactiva Editorial.
Recuperado de https://books.google.com.mx/books?id=OQtrBQAAQBAJ&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false
Kasanzew A. (2009)
Vigorexia. Aproximaciones teórico clínicas. En: Las tesinas de Belgrano.
Universidad de Belgrano. Argentina. Pp. 5
Lechuga, L., y Nieves,
G. (2005) Trastornos de la conducta alimentaria. Centro de Psicología Clínica.
pp. 142-157.
Oblitas, G. L. (2010). Psicología
de la salud y calidad de vida. Tercera edición. Cengage Learning Editores,
México.
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