La vigorexia está relacionada a distintos
trastornos psicológicos, se dice que se trata de una Adicción al Ejercicio;
también de un de Trastorno Obsesivo Compulsivo pues se presentan pensamientos
constantes acerca de la necesidad de ejercitarse y cuya compulsión es la propia
de actividad física; también se habla de que es un trastorno de la conducta
alimentaria (TCA) pues los sujetos vigoréxicos tienden a una restricción alimentaria,
al uso de fármacos y a la realización de ejercicio excesivo al igual que en la
Anorexia Nerviosa; por último, también se habla de un trastorno de tipo
cognitivo, en que el sujeto percibe incorrectamente su propia imagen (Dismorfia
Muscular) (Rodríguez, 2007).
En la Vigorexia, el temor central pasa por
carecer del desarrollo muscular apropiado y no poseer la fuerza, o vigor,
resultante de dicho desarrollo muscular. Razón por la cual el cuadro quedaría
excluido de los Trastornos de la Conducta Alimentaria, ya que no es la
alimentación necesariamente lo que se ve afectado. Es decir, no es la
alteración de la conducta alimentaria el signo patognomónico de la Vigorexia.
Quien padece de un cuadro de Vigorexia desplegará todas las estrategias
posibles para enfrentar la distorsión cognitiva existente entre el cuerpo que
se posee y aquel que se desea. La práctica deportiva será la primera opción, a
la que se le agregarán distintos catalizadores que agilicen el proceso. El
interés hacia la comida es de orden secundario, donde ésta sirve principalmente
como complemento de la práctica deportiva (Baile, 2005; citado en Rodríguez,
2007). En la Vigorexia, el sujeto buscará tener control sobre su cuerpo hasta
que la imagen que le devuelva el espejo se asemeje a la representación que él
mismo tenga del ideal de belleza, por lo tanto, no es posible que el sujeto
aprecie el desarrollo muscular obtenido a causa de la práctica deportiva
(Kasanzew, 2009).
Baile (2005, citado en Kasanzew, 2009)
definió la Vigorexia como la “Alteración de la salud caracterizada por una
preocupación patológica de ser débil y no tener suficiente desarrollo muscular
del cuerpo - aun teniéndolo -, y que se manifiesta en la incapacidad de ver con
exactitud el tamaño del propio cuerpo, con pensamientos obsesivos, así como
comportamientos negativos relacionados con la apariencia, como excesos de
ejercicio físico, dieta inapropiada y consumo de sustancias peligrosas”
Factores biológicos y psicológicos
La etiología de la vigorexia se estudia
desde modelos multicausales cuyos factores se encuentran en constante
interacción:
Baile (Baile, 2005 citado en Rodríguez,
2007)) nombra los siguientes factores que interactúan en el desarrollo y
mantenimiento del cuadro de vigorexia:
- Factores Predisponentes: factores genéticos, del entorno ambiental y social, experiencias previas que predisponen pero no causan el desarrollo del trastorno, salvo si hay un factor desencadenante. Ser hombre entre 18 y 35 años; Vivir en una sociedad de culto al cuerpo: el hombre es bello si está delgado y musculoso; Tendencias obsesivas compulsivas; Tendencias adictivas; Experiencias negativas con el cuerpo o apariencia, por su escaso tamaño o fuerza; Baja autoestima.
- Factores Precipitantes: factores individuales y ambientales, que provocan el inicio del trastorno (por ejemplo la baja autoestima). Experiencia traumática estresante relacionada con el cuerpo; Consumo de ciertas sustancias.
- Factores de Mantenimiento: factores que son consecuencia del trastorno o que ocurren paralelamente y que tienen un efecto de reforzamiento sobre el mismo, provocando que se mantenga y agrave. Refuerzo y reconocimiento social por esfuerzo-voluntad; Evitación de sensaciones negativas por la imagen corporal; Escape de los pensamientos obsesivos; Reducción de ansiedad por la necesidad compulsiva de hacer ejercicio; Ambiente social favorecedor; Sub-cultura del culturismo.
Manejo de factores psicológicos que contribuyen al desorden
El objetivo de la
terapia cognitivo-conductual en el caso de la vigorexia, (Baile, 2005 citado en
Kasanzew, 2009), es que el sujeto cambie la forma de relacionarse con su
cuerpo, que supere su preocupación patológica que le hace ver un defecto
general en su cuerpo, que es la falta de musculación y le hace tener
pensamientos, sentimientos y comportamientos incompatibles con una vida sana y
feliz. Se busca sustituir conductas negativas por conductas sanas a nivel
personal y social. Cualquier intervención deberá contemplar, además de la
problemática asociada a la imagen corporal, el consumo de sustancias como los
esteroides anabolizantes, los trastornos alimentarios, las expresiones
obsesivo-compulsivas, como cualquier otra manifestación secundaria al cuadro.
La perspectiva
cognitiva ayuda a comprender el desarrollo del cuadro: el núcleo de la mayoría
de los trastornos psicológicos se halla en la tendencia humana al pensamiento
irracional, de forma que los acontecimientos (A) se interpretan de acuerdo con
un conjunto de creencias irracionales (B) basadas en imperativos absolutistas o
dogmáticos. Las consecuencias (C) de estos pensamientos (p.ej. trastornos
emocionales, conductas desadaptadas) dependen del grado de racionalidad de las
creencias que median en los acontecimientos. Tales creencias son proposiciones
cognitivas arraigadas en la estructura cognitiva del sujeto.
Estas creencias
irracionales, pensamientos automáticos o errores cognitivos definen la
identidad de la persona y dan sentido a los acontecimientos. Las terapias
cognitivas actúan sobre los errores cognitivos mediante la identificación y
comprobación empírica a fin de lograr una reestructuración cognitiva que
modifique la forma de procesar e interpretar la información.
Según el desarrollo
teórico de J. I. Baile (Baile, 2005 citado en Kasanzew, 2009) los principales
errores cognitivos presentes en la Vigorexia son:
- Bella o Bestia: pensamiento en términos dicotómicos de “todo o nada”. De esta manera se es totalmente atractivo o totalmente feo.
- Ideal imposible: Los modelos de belleza a alcanzar presentan un desarrollo muscular imposible de imitar hasta para culturistas avanzados e implican la utilización de estrategias que ponen en riesgo la salud del sujeto.
- Comparación selectiva: solo se observa y atiende a aquellas personas que poseen un cuerpo más musculoso y grande que el de uno, apreciándose como pequeño en comparación.
- La lupa: se caracteriza por concentrar la atención en un aspecto determinado de la apariencia física.
- La mente ciega: imposibilidad de apreciar y valorar aquellos aspectos positivos de la propia imagen.
- Generalización excesiva: creencia que lleva al sujeto a desvalorizarse como persona por carecer de la virtud deseada. De esta manera, carecer de la musculatura anhelada implica para el sujeto un déficit global en su desarrollo social, laboral y académico.
Epidemiología
No hay datos
homogéneos ni estudios de prevalencia que demuestren la prevalencia de
pacientes vigoréxicos (Gutiérrez & Ferreira, 2007); a esto contribuye la
indefinición del concepto, ya que dependiendo cómo se defina se encontrarán más
o menos casos (Rodríguez, 2007). A pesar esto, se pueden citar datos de
diferentes estudios que describen tal escenario:
- Pope (2002) estimó que un 10% de los usuarios habituales de gimnasios padecían este trastorno
- Olivardia (2001) estimó en 90.000 el número de norteamericanos con problemas graves de vigorexia. Éste mismo porcentaje se ha encontrado en México.
- En España las estimaciones que se han propuesto los sitúan a los afectados en torno a los 20.000. Teniendo en cuenta que la población es de 42 millones, la tasa de prevalencia sería de 0,048% en la población general, si consideramos que afecta principalmente a hombres, afectaría a 1 de cada 2.000.
- Este es un problema que se encuentra en numerosas culturas (Pope, 2000)
- Tienen mayor riesgo a desarrollar Dismorfia Muscular las personas que se encuentran entre los 15 a los 37 años; los halterófilos y fisicoculturistas (los últimos son los más propensos en comparación a otros grupos que sólo practican entrenamiento de pesas) (Marfil, Cruz, Vázquez & Baile, 2010).
- Respecto a la edad de los afectados hay discrepancias según los autores, se habla de que la mayoría de los afectados se sitúa entre los 15 y 30 años para unos autores, para otros entre los 23 y 37 e incluso entre 18 y 35.
- En cuanto al Nivel socioeconómico se cree que la mayoría de los casos corresponden a un nivel socioeconómico medio-alto debido al costo que conlleva ingerir complejos proteicos y suplementos, hormonas esteroideas y medicamentos para contrarrestar sus efectos negativos.
- Se considera que aproximadamente entre 9.3% y el 10% de los varones que practican fisicoculturismo podrían clasificarse en del trastorno, porcentaje que puede aumentar entre los sujetos que participan en competiciones (Gutiérrez & Ferreira, 2007).
Tipos de evaluación
Como lo refiere
Rodríguez (2007) la vigorexia suele relacionarse con distintos trastornos:
a)
Trastorno
de la conducta alimentaria: En la vigorexia existe una preocupación desmedida
por su aspecto físico, la distorsión del esquema corporal, la obsesión por
pesar los alimentos, el interés por las comidas, calorías y composición de lo
que se ingiere, la autoobservación, pesarse varias veces al día, la supresión
de grasas, etc… (De la Serna, 2004).
b) Trastorno
obsesivo compulsivo: En la vigorexia los sujetos muestran pensamientos
recurrentes sobre su imagen, su escasa musculatura y sobre qué hacer para
mejorarlas, y se lanzan de forma “compulsiva” a realizar ejercicio físico para
compensar ese “defecto” de su cuerpo. Por ello se puede pensar que estamos ante
un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Este se caracteriza por la aparición de
pensamientos intrusivos y recurrentes y por conductas o actos mentales
repetitivos que el sujeto realiza con el objetivo de reducir su malestar o
prevenir acontecimientos negativos. Se estima que el 15% de las personas
con TDC, sufre además un TOC.
c)
Adicciones:
Algunos estudiosos asocian las conductas de los sujetos vigoréxicos con las
adicciones no químicas como juego, dinero, poder, trabajo, comida, sexo o
deporte. La práctica compulsiva del deporte proporciona placer, es decir,
ejerce un papel de refuerzo. Los sentimientos negativos que perciben los
adictos al deporte cuando no pueden practicarlo resultan similares a los de
abstinencia. Conforme a esto la vigorexia sería adicción al ejercicio, sin
embargo también existen diferencias con los adictos al ejercicio; los adictos
realizan ejercicio buscando no solo disminuir un estado previo desagradable
(por ejemplo la abstinencia) sino intentando conseguir un estado interno
agradable. La práctica produce un efecto placentero, esto es que hay un proceso
de reforzamiento positivo. Este reforzamiento positivo no parece darse en los
vigoréxicos, verdaderamente no disfrutan haciendo ejercicio, solo evitan el
malestar que le produce no hacerlo.
d) Trastorno
dismórfico corporal o muscular (TDC/TDM): Se caracteriza por una preocupación
excesiva y patológica por un defecto imaginado del cuerpo o la apariencia, o si
realmente existe, por una reacción excesiva hacia él. El TDC es, dentro de los
trastornos somatomorfos, una de las alteraciones de la imagen corporal más
grave que una persona puede sufrir. La vigorexia ha sido propuesta como
una variante del TDC, pues los sujetos manifiestan como síntoma central ver su
cuerpo pequeño y débil. Dentro de la información que acompaña a los criterios
diagnóstico del TDC, se recogen como síntomas y trastornos asociados, los
problemas relacionados con la propia visión de la masa muscular que tienen
ciertos deportistas, información que hasta ahora no había sido incluida. Sin
embargo, no parece propio decir que la vigorexia sea un TDC ya que el sujeto se
percibe como peor (más pequeño, débil,…) de lo que es. Esto sucede con los
demás TDC: los sujetos perciben mal su cuerpo y esta es otra diferencia
entre la vigorexia los TOC y las adicciones. El TDM, un subtipo de TDC, vendría
a ser sinónimo de vigorexia.
Tabla
6. Aspectos para el diagnóstico de la dismorfia muscular. (Revista
protomédicos, 2005 citado en Gutiérrez
& Ferreira, 2007)
A) Preocupación excesiva y falta de músculo del propio cuerpo: el sujeto se dedica a pensar en ello más de
una hora diaria.
B) Dependencia del ejercicio físico:
- Insistencia de practicar deporte diariamente entre tres y
cuatro horas y media
- Síndrome de abstinencia con cuadro de irritabilidad, ansiedad
y depresión si se imposibilita el ejercicio.
- Se mantiene el ejercicio físico a pesar de estar
contraindicado por motivos sociales o médicos
C) Excesiva atención a la dieta, dirigida al desarrollo
muscular:
- Reducir al mínimo el consumo de grasas
- Incrementar la cantidad de glúcidos para que sirvan como
fuente de energía, así como proteína para ganar músculos
- Suplementos proteícos compuestos fundamentalmente por
proteínas extraídas del suero de la leche o del huevo en forma de polvo,
barritas o batidos.
- Uso de complejos vitamínicos a veces acompañados con minerales
y electrolitos para minimizar su déficit por una dieta inadecuada.
- Consumo de gran cantidad de agua, diuréticos y cafeína
D) Aceptación del sufrimiento y del daño físico como camino para
conseguir el desarrollo muscular.
E) Baja autoestima.
La enfermedad deriva en un cuadro obsesivo compulsivo que hace que el
vigoréxico se sienta un fracasado.
F) Control continuo del peso, incluso varias veces al día.
G) Medición del grosor de los músculos, en ocasiones todas las
mañanas, para determinar si se ha perdido masa muscular por la noche.
H) Personalidad introvertida e inmadura.
I) Consumo de otras sustancias para acelerar el proceso.
- Sustancias existentes en el propio organismo, como la creatina
o la carnitina, que favorecen el aumento del volumen muscular y/o el
aprovechamiento energético.
- Esteroides anabolizantes. Utilizados para
aumentar la masa muscular y perder grasa; su comercio y consumo sin control
sanitario están prohibidos.
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Estrategias y programas de intervención
- Tratamiento farmacológico
Debido a la relación
entre la vigorexia y el trastorno obsesivo-compulsivo se han encontrado
fármacos útiles en el tratamiento como lo son los inhibidores de la
recaptación de serotonina, fármacos que ayudarían a controlar síntomas
obsesivo-compulsivos de la vigorexia. En cuanto a las sustancias utilizadas en
el tratamiento del TDC, los investigadores se han decantado por la fluvoxamina
y la clomipramina, inhibidor no selectivo. En un estudio, la clomipramina
consiguió que respondieron un 65-70 % de los pacientes con una reducción de los
síntomas dismorfofóbicos. Los efectos positivos que se han señalado tras el
tratamiento farmacológico son: visión más realista de la situación, disminución
del malestar, reducción del tiempo dedicado a la preocupación, mejora de la
relación social, disminución de rituales y mayor resistencia a comportamientos
repetitivos (Kasanzew, 2009).
- Tratamiento psicológico.
Modelo cognitivo conductual
Siguiendo las
recomendaciones de Raich (2000 citado en Kasanzew, 2009), una terapia cognitivo
conductual aplicada al ámbito de la imagen corporal incluiría las siguientes
fases:
Fase 1: informativa-formativa. Proporcionar al sujeto información y
formación sobre la imagen corporal, cómo se forma, como nos relacionamos con
nuestro cuerpo, cuáles son las limitaciones fisiológicas, etc. Se le pide al
sujeto que registre sus pensamientos, sentimientos y conductas sobre su
apariencia en diferentes situaciones de su vida.
Fase 2: ajustar la auto-perfección. Se busca que el sujeto adquiera una
visión realista de su cuerpo y para ello se pueden utilizar técnicas de
auto-observación y comparación social con otras personas, medidas de
auto-ajuste perceptivo, etc.
Fase 3: pensamientos sobre el cuerpo. Se trabaja con reestructuración
cognitiva. El objetivo es la identificación de creencias y pensamientos que se
tiene sobre la propia imagen y comprobar hasta qué punto son irreales y
perjudiciales.
Fase 4: Sentimientos sobre el cuerpo. Se trabaja con desensibilización
sistemática.Deben sacarse a la luz los sentimientos negativos que provocan la
percepción o pensamiento sobre el cuerpo o sobre el defecto en cuestión (falta
muscular).
Fase 5: Comportamientos referentes al cuerpo. El objetivo es identificar
que conducta relacionada con el cuerpo y el defecto imaginado es desadaptativa.
Las técnicas de cambio pueden ser contratos conductuales, preparación para la
exposición, economía de fichas, etc.
Fase 6: prevención de recaídas. Entrenar al sujeto en la identificar
situaciones de riesgo y como poner en práctica las estrategias aprendidas en la
terapia. Se debe analizar y reeducar la dieta inadecuada, excesiva en cantidad
o fundamentada exclusivamente en productos artificiales; el uso y abuso de
fármacos.
Modelo psicodinámico aplicado al tratamiento de la vigorexia.
La investigación
psicoanalítica colaborará en la comprensión del desarrollo del trastorno en el
sujeto en particular. ¿Por qué determinada persona termina desarrollando un
cuadro de Vigorexia? El modelo psicodinámico buscará comprender en la historia
del sujeto particular los conflictos que lo llevaron al desarrollo de los
síntomas que componen el trastorno. “[…] para una idea sin sentido y una acción
carente de fin, descubrir aquella situación del pasado en que la idea estaba
justificada y la acción respondía a un fin” (Freud, 1978 citado en Kasanzew,
2009).
La Asociación
Colombiana de Psiquiatría en 2007 (Kasanzew, 2009) publicó un trabajo sobre el
diagnóstico y tratamiento de un caso de dismorfia muscular y abuso de
esteroides donde se incluyen como estrategias terapéuticas intervenciones de
corte psicodinámico. El tratamiento psicoterapéutico estaba diseñado de la
siguiente manera: manejo dual con terapia cognitivo-comportamental y terapia de
enfoque psicodinámico. Desde la primera de estas perspectivas se trabajó sobre
la imagen corporal, buscando identificar la manera en que los pensamientos del
sujeto distorsionaban la forma en que su cuerpo era percibido, entre otras
estrategias cognitivas.
Los objetivos
terapéuticos de la psicoterapia psicodinámica se construyeron con base en
hipótesis derivadas de su historial vital. Se buscó facilitar la catarsis de
los contenidos internos y la reproducción de dichos conflictos en sus relaciones
actuales, Se identificaron los conflictos intrapsíquicos correlacionados, como
temores a la sexualidad adulta y el placer, ansiedades básicas, culpa,
control-autonomía, dificultades en la separación-individuación, el temor a
defraudar a los demás, temor de enfrentarse a nuevos retos, el manejo de la
incertidumbre y la rigidez, el temor de no sentirse amado y la pérdida de un
sentido de pertenencia (Restrepo, Valencia, Rodriguez y Gempeler, 2007 citado
en Kasanzew, 2009).
Programa de prevención de la vigorexia:
Debe contar con
información sobre el modelo estético masculino actual, una crítica del modelo
hiper-musculado, como el modelo adecuado; conocimiento fisiológico sobre
desarrollo corporal masculino, y, por consiguiente, del desarrollo muscular,
análisis y crítica de los productos y dietas que supuestamente conducen a un
desarrollo muscular, análisis y crítica del consumo de esteroides anabolizantes
(Kasanzew, 2009).
Instrumentos
Resumen
de los principales métodos de evaluación de la Vigorexia o Dismorfia Muscular
(Kasanzew, 2009).
- The Adonis Complex Questionnaire (ACQ): desarrollado por Harrison G. Pope, intenta evaluar el grado de preocupación que representa la imagen corporal en varones. Busca identificar diversos indicadores pertenecientes al Complejo de Adonis (conjunto de alteraciones de la imagen corporal que afecta a los varones). Las áreas exploradas son las relacionadas con la imagen corporal y no exclusivamente las relacionadas con la preocupación desmedida por el desarrollo muscular (Baile, 2005).
- Modelo de Escala de Siluetas: serie de figuras de hombre o mujer según corresponda, de diferente tamaño corporal y desarrollo muscular. Las figuras están diseñadas en escala, partiendo de imágenes delgadas y de apariencia débil hasta por figuras muscularmente desarrolladas y concluyendo en imágenes obesas. Se le solicita a la persona que identifique la imagen que mejor representa tu propio cuerpo, la que mejor representa el ideal corporal que desearías tener y la que mejor represente al cuerpo promedio de un varón de tu misma edad, la imagen que represente el cuerpo más deseado por el sexo opuesto.
- Muscle Dysmorphia Scale (MDS): método de evaluación específico de Dismorfia Muscular. Consta de 46 preguntas y frases, seis áreas diferentes: insatisfacción corporal, dependencia del ejercicio, deseo de tamaño, comportamiento alimentario, tendencia a disimular u ocultar el cuerpo, uso farmacológico.
- Muscle Appearance Satisfaction Scale (MASS): consta de 19 ítems entre los que se incluyen: dependencia del culturismo, automonitoreo, uso de sustancias, sufrimiento y satisfacción muscular.
- Test Breve de Vigorexia (TBV): su autor es J.I. Baile (2005), intenta demostrar hasta qué punto el sujeto es vulnerable de padecer el cuadro de vigorexia. Consta de dos partes, Parte 1: autoadministración de un test. Parte 2: se pide la participación de un tercero perteneciente al círculo íntimo del evaluado el cual responde suponiendo lo que haría el interesado en las situaciones planteadas. El objetivo escompararr los resultados obtenidos por ambos participantes.
Se
anexa un vídeo publicado por Espert R. (2013) donde se menciona de manera muy
general y concreta el trastorno de la vigorexia desde diferentes disciplinas y
profesionales.
Referencias:
Espert R. (2013) Visión Global sobre
la vigorexia [Video] Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=khxxo0bPuxY
Gutiérrez C. & Ferreira R.
(2007) Vigorexia: estudio sobre la adicción al ejercicio: Un enfoque de la
problemática actual. Instituto Universitario De Educación Física. Universidad
de Antioquia. Medellín. Pp. 19
Kasanzew A. (2009) Vigorexia.
Aproximaciones teórico clínicas. En: Las tesinas de Belgrano. Universidad de
Belgrano. Argentina. Pp. 5, 15-30
Marfil B., Cruz B., Vázquez A.,
Baile A., (2010) Hábitos Alimentarios De Hombres Con Características De
Dismorfia Muscular. RESPYN Revista Salud Pública y Nutrición. Salus cum
propositum vitae. Volumen 11 No. 4. Disponible en:
http://www.respyn.uanl.mx/xi/4/articulos/dismorfia.htm
Muñoz R. & Martínez A., (2007)
Ortorexia Y Vigorexia: ¿Nuevos Trastornos De La Conducta Alimentaria?
Trastornos de la Conducta Alimentaria 5 (2007) 457-482. Disponible en:
http://www.tcasevilla.com/archivos/ortorexia_y_vigorexia.pdf
Rodríguez M. (2007) Vigorexia:
adicción, obsesión o dismorfia; un intento de aproximación. Instituto de
Investigación de Drogodependencias. Salud y drogas, vol. 7, núm. 2, España, Pp.
289-308, Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83970205
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